El Real Patronato sobre Discapacidad ha editado una Guía de Estilo para los profesionales de medios escritos, radiofónicos, audiovisuales y electrónicos -aunque es útil para todos y cada uno de nosotros- con el objetivo de que a la hora de elaborar información sobre el mundo de la discapacidad, colaboremos en modificar estereotipos falsos y muy asentados en la sociedad haciendo un uso correcto del lenguaje. Y por cierto, hablar de minusvalía siempre raya en lo ofensivo porque determinar el valor de una persona es algo subjetivo que varía según sociedades y épocas. Quedémonos al menos con algunos consejos básicos básicos básicos.
Poner el énfasis en las personas. Por ejemplo, en vez de decir discapacitados, digamos personas con discapacidad; o en vez de sordos o sordomudos, personas sordas o con discapacidad auditiva.
Evitar los eufemismos y diminutivos. No digamos invidentes sino personas ciegas; o en vez de "sillita", hablemos de "silla de ruedas".
No emplear una discapacidad como insulto. Hay que eliminar términos como "autista" o "esquizofrénico" para calificar a una persona con el objetivo de insultarla.
No usar "persona normal" en comparación con la persona con discapacidad. Lo correcto es hablar de las personas sin discapacidad y con discapacidad.
No utilizar verbos con connotaciones negativas como sufrir, padecer... En vez de padece sordera o afectado por polio... hay que decir simplemente "tiene", que no es negativo.
Esto en cuanto al uso del lenguaje. Porque si nos ponemos en la piel de las personas con discapacidad y en pisar las calles de Madrid, que no son accesibles ni para las personas sin discapacidad, creo que acabaríamos todos llorando. ¿Será por eso lo de "De Madrid al cielo"?