Los derechos imprescriptibles del lector
Comme un roman/ Daniel Pennac.- Paris, 1992
(Como una novela, traducción de Joaquín Jordá)
- El derecho a no leer
- El derecho a saltarse las páginas
- El derecho a no terminar un libro
- El derecho a releer
- El derecho a leer cualquier cosa
- El derecho al bovarismo (enfermedad de transmisión textual)
- El derecho a leer en cualquier lugar
- El derecho a hojear
- El derecho a leer en voz alta
- El derecho a callarnos
Y yo añado al decálogo...
- El derecho a subrayar, anotar y doblar las esquinas de las hojas
Porque a mí, desde luego, me facilita la labor de los derechos 4 y 8, a los que me acojo a menudo. Y porque eso indica que el libro es más tuyo si cabe y significa, en cierta manera, que si tú lo marcas es porque él te ha marcado a ti. Es un acto de admiración.
En el libro Como una novela, tengo doblada la esquina inferior de una sola página. Me gustó especialmente cuando Pennac escribe: "Cada lectura es un acto de resistencia", resistencia a todo tipo de contingencias personales, profesionales, culturales... "Una lectura bien llevada salva de todo, incluido de uno mismo".