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martes, 10 de julio de 2012

Certificado de Desoxidación mental con mi Cuaderno Blackie



mi Cuaderno en la estantería junto con mi gato chino de la fortunaQué mejor regalo para una amante de los cuadernos que el Cuaderno de Blackie Books: "Ejercicios, pasatiempos y otros quehaceres más o menos eruditos para la reforestación cultural y la desoxidación mental de nuestro país". Me llegó por mi cumpleaños y es lo más. Tanto para los fans de los pasatiempos como para quienes quieren ejercitar la mente con temáticas y actividades con punto friki como para los amantes de la ilustración o incluso para nostálgicos!

Cuando éramos pequeños nos compraban aquellos cuadernos de verano (Vacaciones Santillana o Vacaciones SM) con todo tipo de ejercicios de lengua, matemáticas... Digamos que este nuevo Cuaderno les hace un guiño y nos da la oportunidad de seguir teniendo nuestro cuaderno de actividades para adultos. Para este verano o siempre que queramos desconectar de internet, pararnos a pensar y darle un entretenimiento diferente a la cabeza con temas de hoy: música, cine, ciencia, literatura, España... pero también deporte, nostalgia y hasta corazón! Un libro para vivirlo y para reirlo.

Entre los puntos friki, al final, si hemos cumplido las reglas del juego -normas de uso del Cuaderno-, conseguimos nuestro certificado de desoxidación. Y no es lo único que se puede conseguir. Pero no lo voy a contar todo!

Así es Cuaderno por dentro. Solo hojearlo divierte:



Este despliegue de actividades y contenidos ingeniosos es un proyecto de Comité Blackie Books. Cuaderno está escrito por Daniel López Valle. Las ilustraciones son de Cristóbal Fortúnez. En la conceptualización y el desarrollo, junto a estos dos autores, han participado además Jan Martí, Sergio Ibañez y Sirag Nabih. Y el diseño y maquetación, que también me encanta, es de setanta.es. Mirando en su web, descubro que son los autores del diseño de una de mis portadas favoritas, la de la divertida novela Signatura 400 de Sophy Divry, también editada por Blackie Books.

Me viene muy bien esta coincidencia. Así termino con unas palabras de la "loca" bibliotecaria protagonista de Signatura 400. "Cuando leo soy capaz de olvidarme de todo, a veces ni siquiera oigo el teléfono. Tampoco es que el teléfono suene mucho en mi casa, solo llama mi madre, una vez a la semana, pero bueno, si un libro me tiene enganchada de verdad, es que ni lo oigo. Es una sensación deliciosa, muy estimulante, aunque requiere un mínimo esfuerzo. Esfuerzo intelectual, se entiende".